jueves, 29 de enero de 2015

La Teoría del Todo: "Trascendiendo Tiempo y Espacio"

Es evidente que Stephen Hawking sufrió mucho durante varias etapas de su vida. No obstante, la fuerza y la determinación del físico teórico y cosmólogo lo han llevado a convertirse en un genio en la astrofísica y una de las mentes más brillantes en la historia.

“La Teoría del Todo”, está basada en la novela escrita por Jane Hawking, la primera esposa de Stephen. Dirigida por el documentalista James Marsh, y cabe destacar la gran adaptación de Anthony McCarten. Muchos fans de Hawking esperan ver en éste filme una inmersión total y absoluta en la ciencia trascendental de Stephen, déjenme adelantarles que ésta cinta no es el caso. Ya que el tronco de la narración está en la historia de amor entre Stephen (Eddie Redmayne) y Jane Hawking (Felicity Jones).


Ésta película nos narra la historia de Hawking desde que es un vital, optimista y “raro” estudiante de Cambridge hasta que es recibido en audiencia por la reina de Inglaterra. Durante este periodo de tiempo también presenciamos el romance que tiene con Jane, los síntomas degenerativos de su enfermedad, su diagnóstico, su evolución, su doctorado en Cambridge, la redacción de su libro "Una breve historia del tiempo" y su éxito y relevancia a nivel mundial y científico. Todos estos acontecimientos del filme se afectan entre ellos, y están genialmente interconectados.

Todo comienza en 1963, cuando Stephen atiende a la Universidad de Cambridge, para un doctorado de física. Pero antes de mencionar la investigación de Hawking,  éste conoce a Jane en una pequeña fiesta, la cual termina cuando Jane se tiene que ir sin antes darle su teléfono a Stephen. De ahí en adelante vemos al genio buscar su tesis del doctorado, y de vez en cuando reunirse con Jane. Tras atender a una plática impartida por el famoso matemático Roger Penrose, sobre la singularidad espaciotemporal. Stephen tiene la brillante idea de investigar y profundizar la teoría de la relatividad general de Einstein. Llevándolo así a crear varios teoremas de singularidad que proveen una serie de condiciones suficientes para la existencia de una singularidad espaciotemporal en el espacio-tiempo.

“La Teoría del Todo” tiene varios aspectos fundamentales, los cuales le otorgan un lugar más que merecido entre las películas más notables del 2014. Partiendo del estupendo guión de Anthony McCarten, un trabajo muy acorde a la novela y una narración simple y bien escrita. Gracias al guión, la audiencia puede experimentar los sentimientos que tiene Stephen durante los 120 minutos de película, desde la felicidad de su matrimonio, sus hijos, su trabajo en Cambridge, a la rabia de no poder vivir su vida plenamente con su familia y no disfrutar de aquellos momentos en los que solo podía quedarse sentado mientras veía los años pasar y no poddía sentir el amor familiar.

La sobresaliente fotografía de Benoît Delhomme también merece ser digna de mención. La muy buena elección de planos y tomas son los aspectos que hacen de la fotografía en la película, un trabajo que resalte en calidad.  Ya que la cinta tiene muy buen trabajo técnico, me gustaría mencionar el excelente y sublime trabajo del compositor Jòhann Jòhannsson. Quien compone un score que ensambla a la perfección en los momentos más importantes del filme, etiquetándolo así como una de las mejores bandas sonoras del año.

No podía cerrar esta reseña sin antes reconocer el asombroso trabajo de Eddie Redmayne, al igual que la buena actuación de Felicity Jones. Desde el inicio de la película Eddie logra retratar perfectamente a un Stephen Hawking bondadoso y tierno.  A pesar de las dificultades físicas del genio de la astrofísica, Eddie ofrece una empatía y una complicidad inusual en un personaje, y su transformación física es una de las mejores que he visto en el cine. Lo conseguido por Redmayne en ésta cinta es  difícil de lograr, un retrato prácticamente inalcanzable .

“La Teoría del Todo” es un ‘biopic’ muy bien hecho. Un trabajo audiovisual que resalta por sus aportaciones técnicas, pero eso no significa que sea una película mala, al contrario, hace mucho que no hacían un ‘biopic’ de calidad. Marsh logra junto con McCarter, Eddie Redmayne, Jòhann Jòhannsson y Benoît Delhomme  un trabajo que indudablemente reconoce el gran aporte que hizo Hawking no solo a la astrofísica sino a la humanidad en sí. Demostrándole al mundo que si tu cuerpo te limita, no debes dejar que tu mente también lo haga. En el trabajo de Redmayne y Felicity Jones está la verdadera fuerza de esta historia de amor que trasciende el tiempo y  el espacio.






viernes, 16 de enero de 2015

Relatos Salvajes: "Dulces Venganzas"

La cinta “Relatos Salvajes” , dirigida y escrita por Damián Szifrón, consta de seis historias ambientadas en distintos escenarios, pero en todas ellas se alternan la intriga, la comedia y la violencia. Soñar, imaginar, crear, estas son algunas de las características que tiene un cineasta. Damián Szifrón es un cineasta que hace de cada historia una montaña rusa, creando un trabajo audiovisual apabullante y no te puedes despegar del asiento sin saber qué va a pasar después. Se podría decir que es una película de terror, pero no del terror del cual nos hemos acostumbrado. Ya que en este filme no hay seres sobrenaturales,  zombies, o muñecos poseídos. Aquí son personajes de carne y hueso cuya vida pende de un hilo.

Cada uno de los personajes tiene ciertas circunstancias que los llevan a efectuar actos que ni ellos mismos se hubieran pensado en llevarlas a cabo. Szifrón hace de cada historia un cuento estructurado, como un viejo relato: presentación, desarrollo y desenlace. Cada episodio mantiene un nivel de intriga y al mismo tiempo mantiene la comedia muy negra. Y qué decir de las actuaciones de Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia,  María Marull, Darío Grandinetti y Érica Rivas, simplemente magníficas interpretaciones. Cada uno de ellos juegan con la adrenalina e intentan enmendar las cosas cuando la justicia no aparece y no es porque tarda en llegar, es porque nunca aparece.

Szifrón nos crea seis escenarios llenos de tensión, sorpresa, humor negro, tragedia, venganza, es lo que hace de esta película desatar y jugar con los temores del espectador.  No me gustaría contar qué sucede en cada uno de las seis historias, ya que eso le quitaría lo divertido y lo intrínseco a cada relato. Pero sí me gustaría contar acerca del denominador común que viene inherentemente en cada una de las historias,  la violencia. En la película se manifiesta una en particular pero reflejada de diferente manera. De manera contenida, escondida, en el cinismo y en la hipocresía moral.

En su trabajo técnico la cinta tampoco defrauda ya que la fotografía es bastante buena, y cabe destacar la edición que mantiene el mismo nivel de tensión en cada uno de los seis relatos. La música compuesta por Gustavo Santaolalla se hace notar en la película, ya que logra capturar para cada episodio su ADN y en ese acto le dio una muy buena ambientación al trabajo audiovisual.

“Relatos Salvajes”  abre y cierra el telón con un estallido. Después de ver el filme me doy cuenta que la vida puede cambiar en cualquier segundo y que te puedes topar con las puertas del infierno a la vuelta de la esquina. Esta cinta explora los sentimientos más profundos que en un momento de extrema presión pueden llegar a traicionarnos. 

Al ver la película les aseguro que se van a identificar con más de un personaje, y se pondrán a pensar en todas esas veces en las que han tenido el pensamiento de cometer un acto de venganza, pero luego no nos atrevemos porque nos damos cuenta de las terribles consecuencias que pueden conllevar nuestros actos.







jueves, 15 de enero de 2015

El Gran Hotel Budapest: "Divertida Genialidad"



Wes Anderson ha logrado lo que puede ser su pieza maestra con “El Gran Hotel Budapest”.  El  filme comienza con un joven escritor (Jude Law) visitando el hotel, tras charlar con el conserje del hotel Mr. Jean (Jason Schwartzman), se da cuenta que hay un señor de edad sentado en la sala, quien resulta ser el Sr. Moustafa (F. Murray Abraham) quien es dueño de El Gran Hotel Budapest. De ahí en adelante el joven escritor le entra cierta curiosidad en conocerlo. Tras un descanso en las tinas del hotel, ambos se encuentran y  Moustafa lo invita a cenar para contarle cómo se convirtió en el propietario del hotel. Ya en la cena es  cuando todo comienza utilizando un flashback,  las aventuras de Gustave H (Ralph Fiennes) y  Zero Moustafa de joven (Tony Revolori), el botones que se convierte en el amigo en el que más confía y en su protegido.

Todo marchaba en orden a pesar de la complicada situación económica y la inestabilidad política de esos tiempos, hasta que Gustave comete un serio robo. Una valiosa pintura renacentista de una de sus muchas amantes, pero en éste caso la mujer ya había fallecido. Después del velorio las cosas se alteran ya que gran parte de la fortuna de la señora se lo deja al Sr. Gustave, que cabe destacar que la señora difunta tenía mucho dinero. La familia de la fallecida no está dispuesta a ceder en su empeño, y aparece la imperiosa necesidad de encontrar al ladrón y de alguna manera deshacerse de él. El elenco que logra reunir Anderson es increíble, Edward Norton, Adrien Brody, Bill Murray, Willem Dafoe, entre otros que podría seguir mencionando y destacar su actuación.


Anderson, como es habitual de él, nos vuelve a crear un mundo surreal donde parecería que estamos viendo un “cartoon” o una de las películas mudas de principios del siglo XX.  Una comedia muy divertida, la cual Anderson mantiene con los  mismos principios narrativos desde que hizo “Academia Rushmore”, es decir, la dictadura del plano fijo vertical, rima continua de colores y sonidos, el genial juego continuo entre el relato hablado y el estrictamente cinematográfico. Cabe mencionar el exquisito guión de Wes Anderson y la sublime actuación de Ralph Fiennes y como mencioné anteriormente el muy buen trabajo técnico que suele darnos Anderson. “El Gran Hotel Budapest” se desarrolla con una fluidez de esas aventuras cinematográficas que ya no vemos tan seguido, donde se sitúan terrenos desconocidos y que aún semejaban una especie de hogar. Los paisajes, las actuaciones, los diálogos, la fotografía simétrica, y la excelsa dirección, juntos forman una hermosa sinfonía convertida en una fascinante película.