Hace 40 años, un joven que se ganaba la vida haciendo
películas pornográficas y saliendo de extra en algunas películas
independientes, tuvo la inspiración y la pasión de escribir un guión, después
de ver una pelea de Muhammad Ali, donde narraba la historia de un boxeador de
origen italiano. Este joven era Sylvester Stallone, quien tuvo que pelear por
que se hiciera la película, ya que los estudios no le querían dar el papel
protagónico. Sin embargo, logró la financiación de la cinta, y al fin de al cabo
“Rocky” se consagró como uno de los filmes más emblemáticos del género
deportivo.
Después de 5 secuelas que resultaron ser decepcionantes a
comparación de la primera, llega “Creed: Corazón de Campeón”. Cuando todos
creían que la saga de “Rocky” había pasado a la prehistoria, nos topamos con
este spin-off de la dinastía boxeadora. La cinta narra la historia de Adonis
Johnson (Michael B. Jordan) hijo de Apollo Creed, eterno rival de Rocky Balboa
y campeón del mundo de los pesos pesados. El joven Adonis quiere seguir los
pasos de su padre y dedicarse al boxeo y, recuperar el título de campeón que
consiguió su padre en 1979. No cabe duda que lleva el boxeo en la sangre, por lo que el joven decide trasladarse a
Filadelfia, lugar en el que se celebró el legendario combate entre su padre y
Rocky Balboa.
Adonis quiere dejar de seguir siendo la sombra de su padre y
hacerse un nombre propio. No obstante, necesita mucho esfuerzo y dedicación,
que en resumidas cuentas se traduce en mucho entrenamiento, para lograr
alcanzar el prestigio que tuvo su padre. El hijo del antiguo vencedor busca a
alguien que cumpla la función de mentor, para ayudarle en su camino hacia la
victoria, razón por la cual Rocky Balboa (Sylvester Stallone) entra en escena.
En un principio el boxeador retirado duda sobre la propuesta de volver a las
andadas, porque insiste en que ya ha dejado ese mundo para siempre. Sin
embargo, tras ver que Adonis posee la misma fuerza y determinación que alcanzó
a contemplar con Apollo, finalmente acepta el reto y se vuelve entrenador del
chico. Rocky ayuda al joven a conseguir su sueño, enseñándole sus exitosas
técnicas y transformándole en cierta manera, en su sucesor.
Ryan Coogler, director de la cinta, hace un trabajo excelente
en cuanto a realizar una cinta que logra cumplir la difícil tarea de mirar
atrás con nostalgia y al mismo tiempo mantener en pie por sí sola una genuina y
sólida obra dramática. El guión es bueno, pero cabe destacar los silencios que
utiliza Coogler para lograr que el público se mantenga inmerso en la historia,
sobretodo en las peleas. Lo más
halagador de “Creed” es que es una película que le rinde homenaje a “Rocky”,
pero también nos ofrece algo nuevo que no habíamos visto en las precuelas, actuaciones sólidas y un manejo de cámara
sobresaliente.
Michael B. Jordan logra dar un gran paso en su carrera como
actor, ya que el trabajo físico que tuvo que realizar meses antes de comenzar a
filmar fue brutal. Los entrenamientos rindieron cuentas al ver en la pantalla
grande al hijo de Apollo Creed, no
fingiendo boxear, sino en realidad boxeando enfrente de la cámara. Sylvester
Stallone logra cumplir con una actuación muy buena, de lo mejor que le he visto
a pesar de que no ha sobresalido en muchas películas. Pero la manera en que
está desarrollado el personaje, como un Rocky haciendo la tarea de mentor y
hombre sabio del boxeo, es lo que hace que sea uno de los mejores trabajos de
Stallone en escena.
Conmovedora, sorprendentemente emocional y visualmente
dinámica, “Creed: Corazón de Campeón”, de la mano de Ryan Coogler, es una digna
sucesora de "Rocky", recordándonos por qué la gente quedó
fascinada con ella.
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