lunes, 29 de abril de 2013

"La Llave de Oro"


Me levanté, no vi nada más que una puerta enorme enfrente de mí, por curiosidad me acerqué y trate de abrirla pero no pude. Estaba confundido, no sabía qué hacer, no sabía si dormirme o simplemente seguir tratando de abrir la puerta, después de un tiempo escuché que la puerta se abría lentamente. Me acerqué a ella y vi una luz brillante mientras se abría, era como un relámpago de luz, se abrió la puerta y lo primero que vi fue una enorme llave. Escuché una voz en mi interior que me decía que agarrara la llave, entonces la tomé y de repente aparecieron 3 puertas, ahora estaba más confundido, me pregunté cómo había llegado ahí. Cuando de la nada apareció un hombre, a primera vista parecía un anciano con barba blanca y sombrero de punta, me dijo desde lejos que tenía que escoger una puerta para empezar mi misión. Yo le pregunté de qué misión estaba hablando, me contestó que tenía que encontrar la puerta correcta para salir de este lugar, tenía que buscar en las 3 puertas la indicada, entonces comencé con la puerta que estaba a mi derecha, cuando estaba a punto de entrar el anciano me dijo que tenía que tener cuidado ya que no sabía lo que había detrás de esa puerta.
Entonces abrí la puerta, de repente caí en agua, me hundí muy profundo entonces trate de usar la llave como impulso para salir del agua, toque el fondo y me impulse con la llave para salir, funcionó pero me di cuenta que estaba en el mar, solo vi pura agua, nadé por un buen rato, cuando de repente sentí algo en mis pies, pensé que era un tiburón, nadé más rápido, y a lo lejos vi una enrome puerta, pensé que esa era la puerta indicada para salir de este horrible lugar. Nadé hacia la puerta lo más rápido que pude, cuando estaba a punto de llegar se me apareció un monstruo gigante lleno de corales y escamas enfrente de mí, impidiéndome pasar a la puerta. El monstruo lanzó cómo un rayo y al ver que se acercaba el rayo hacia mi puse la llave que tenía como un escudo y el rayo le rebotó justo en la cabeza del monstruo, había derrotado al monstruo gigante. Me encaminé hacia la puerta, la abrí esperando con todo mi ánimo que fuera la puerta indicada. La abrí y me di cuenta que había regresado al mismo lugar donde estaban las 3 puertas y el anciano.



El barbudo me dijo que me faltaban 2 puertas para buscar la salida. Ahora había escogido la puerta izquierda, la abrí lentamente, inspeccioné primero antes de entrar para que no me volviera a caer, entré muy despacio, volví a caer pero ahora no fue agua sino tierra, me levanté muy adolorido y vi a lo lejos una montaña de lava donde estaba en la cima una puerta enorme. Me encaminé hacia la montaña, fue un largo tramo, cuando llegué a la montaña traté de escalar la montaña pero era muy difícil pero luego me di cuenta que con ayuda de la llave podría escalar más fácil, cuando llegué a la mitad de la montaña escuché un temblor que provenía de la montaña, seguí escalando y cuando estaba muy cerca de llegar a la puerta un gigante de piedra  salió disparado de la lava y cayó justo delante de mí, supe que la única forma de llegar a la puerta era derrotando al gigante de piedra, seguí escalando a toda velocidad para que el gigante no me atrapara, pero era yo muy lento a comparación del gigante, cuando estaba enfrente de la puerta el gigante me agarró con su enorme mano, traté de sacudirme pero era muy difícil entonces le pegué con mi llave y me soltó, seguí escalando hacia llegar a la puerta pero el gigante no me dejaba en paz así que le di un buen golpe a la montaña con mi llave para ocasionar un temblor, así cayó el gigante de piedra de la montaña y pude llegar a la puerta. Cuando la abrí, llegué al mismo punto del principio, con las 3 puertas y el anciano.
Ya desesperado le pregunté al anciano, cuándo podía salir de ese horrible lugar, el anciano me contestó que sólo me quedaba una puerta y esa podía ser la salida. Ya estaba muy cansado, abrí la puerta y esta vez no caí sino volé, llegué hasta el cielo y caí en una nube, enfrente de mí estaba una enorme puerta de oro, pensé que por fin esta era la puerta indicada, caminé muy lentamente sobre las nubes, vi la puerta muy cerca cuando de repente se apareció el anciano enfrente de mí, me dijo que antes de abrir la puerta tenía que darme la llave que tenía, cuando se la di y fui hacia la puerta, me dijo que no podía salir ya que necesitaba la llave de oro para poder abrir la puerta, me quedé sin palabras al saber que nunca iba a poder salir, cuando de repente sentí algo en mi mano, se apareció la llave de oro como si hubiese sido magia, el anciano se quedó en atónito ya que nunca antes había visto algo parecido, el anciano trató de quitármela, me golpeó con la llave que tenía, me caí de la nube pero luego me alcé con la ayuda de la llave de oro, regresé al cielo y el anciano y yo chocamos nuestras llaves con todas nuestras fuerzas, eso ocasionó una tremenda explosión en los aires, los dos salimos volando muy lejos, el anciano llamó a todas las bestias y monstruos que tenía a su comando, la puerta estaba cerca de mí entonces corrí encima de las nubes a toda velocidad antes que las bestias me atraparan, llegué a la puerta y antes que me agarraran las bestias abrí la puerta con la llave y la volví a cerrar para que no entraran, cuando acabe de encerrar la puerta, caí desde muy lejos, solo veía blanco a mi alrededor, me estampé al suelo y lo único que vi fue mi llave brillando cada vez más hasta que lo único que vi fue una luz brillante en mis ojos cuando de repente…desperté.
Estaba en mi cama, en mi casa, todo lo que pasó fue un simple sueño, toda la aventura que hice fue un sueño, me quedé sin palabras, noté que mi familia me estaba llamando para desayunar, me levanté de mi cama, estaba un poco triste ya que mi aventura había sido extraordinaria y ya no tenía la grandiosa llave de oro. Bajé a desayunar, mis padres me preguntaron que cómo había dormido, yo les respondí que nunca antes había dormido mejor. Cuando subí a mi cuarto, vi a lo lejos de las escaleras que la puerta de mi cuarto estaba brillando, cuando la abrí muy silenciosamente, me di cuenta que en mi cama estaba… la llave de oro.

Fin.
                                                                

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