martes, 19 de abril de 2016

Desierto: "Un thriller seco y desértico"

Con todo el odio aglomerado hacia el candidato a la presidencia norteamericana, Donald Trump, era de esperarse que saliera a la pantalla grande una película teniendo como intención mostrar las terribles condiciones en las que los mojados tratan de cruzar la frontera en busca de una mejor vida. Jonas Cuáron, hijo del ganador del Oscar, Alfonso Cuarón, es el responsable de moldear este trabajo, teniendo como respaldo una fuerte campaña en contra de Trump y el muro que pretende construir en la frontera.


 “Desierto” narra los acontecimientos ocurridos de Moisés (Gael García Bernal) junto con otros indocumentados, los cuales están cruzando a pie un estrecho camino de la frontera entre México y Estados Unidos buscando tener nuevas oportunidades del otro lado y reencontrarse con sus seres queridos. No obstante, dicho grupo es descubierto por Sam (Jeffrey Dean Morgan) un "vigilante" demente que disfruta eliminando a los migrantes. Ante la inclemencia del desierto, Moisés y Sam se enrolan en una persecución, bastante duradera cabe destacar, en la que el más fuerte será el que logre sobrevivir.

Está más que presente algunos rasgos característicos y el estilo de Alfonso en su hijo Jonás, respecto a la tensión física que sufren los personajes. Empero, el desarrollo de la trama carece de habilidad para sobrellevar una situación que se repite a lo largo de toda la cinta. Comienza bien, presentando a los personajes sin dar muchos detalles de los mismos. El problema es cuando llegamos al climax, a la persecución entre el gringo francotirador y los migrantes. Me parece que Cuarón exagera demasiado en querer hacer esta caza muy intrigante y llena de tensión, ya que al final resulta ser muy tedioso el asunto.

La locación para la filmación es muy buena, un desierto con espacios planos y amplios para filmar. La fotografía logra captar gran parte de este calor y sequedad desértico. Además de que hay uno que otro atardecer y amanecer que logra llamar la atención de tu vista, sin embargo me parece que no logra funcionar como conjunto, si lo que pretendía Jonás era desarrollar una película que te mantenga al filo de la butaca, tal y como lo hicieron en “Gravedad”. 


“Desierto” fracasa rotundamente en querer llevar a la pantalla grande la premisa de una de las tantas historias de migración que ya hemos visto antes, ya que cuando rolan los créditos nos quedamos con una sensación de indiferencia,  no logramos empatizar del todo con los mojados. Pretende tomar al toro de los cuernos y mostrarnos una visión nueva y diferente de los inmigrantes, no obstante, simplemente resulta ser una película unilateral y unidimensional. Es rescatable la actuación de Gael García Bernal, a pesar de que no ha sido para nada su mejor trabajo actoral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario