martes, 27 de octubre de 2015

Puente de Espías: "Un Discurso Sutilmente Disfrazado"



A lo largo de la filmografía de Steven Spielberg, hemos podido notar el gusto y fascinación que el cineasta norteamericano tiene con la historia. Lo cual es halagador para nosotros como público, ya que nos ha deleitado con filmes que tienen lugar en épocas que han marcado la historia, tales como “Salvando al Soldado Ryan”, “La Lista de Schindler” y la más reciente “Lincoln”. Spielberg es reconocido mundialmente por crear y ambientar los mundos de sus películas de una manera sublime, sobretodo en sus cintas que transcurren en La Segunda Guerra Mundial. Esta vez tendría la tarea de transportarnos a la década de los 60,  la “Guerra Fría” entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

“Puente de Espías”, narra la historia verídica del abogado de seguros, James B. Donovan, interpretado por Tom Hanks. Quien pertenece a una respetosa firma de abogados de los Estados Unidos, y le he es otorgado el caso de un presunto espía soviético, Rudolf Abel, interpretado por el inglés Mark Rylance. Al principio todo parece ser que es factible que lo condenen a la silla eléctrica por el simple hecho de pertenecer a la Unión Soviética en plena guerra con ellos. Empero, el abogado Donovan desea cumplir su trabajo de la mejor manera, defendiendo a su cliente sin importar que sea considerado enemigo de la nación. Spielberg nos proyecta un país norteamericano que disimula tener la ventaja en la guerra tomando en cuenta todo su arsenal de armas, pero en realidad vemos a una sociedad aterrorizada,  donde incluso en la escuela lo único de lo que hablan es de la guerra. A partir de ese miedo que se apodera de la nación americana, James B. Donovan tiene la arriesgada tarea de ir contra la corriente, y luchar por que se le respeten los derechos a su cliente quien parece estar siempre tranquilo a pesar de que todo un país lo odie y lo quiera ver muerto.

La película toma vuelo cuando un avión de espionaje norteamericano es derribado por la Unión Soviética, y el piloto Gary Powers, es tomado preso por los soviéticos. Mientras que en la Alemania comunista de igual manera aprehenden a un joven estudiante  norteamericano que estudiaba economía en Berlín. El gobierno estadounidense decide mandar al abogado Donovan a Berlín para negociar un intercambio con los soviéticos y los alemanes comunistas. El personaje de Tom Hanks, evita que su cliente sea condenado a la silla eléctrica pero eso causa una revuelta enorme en su país, ya que lo empezaron a considerar un traidor a la patria al defender al enemigo. Para limpiar su nombre, Donovan acepta la arriesgada misión de traer de vuelta a los dos hombres americanos en cambio de su cliente, el espía soviético.

En aspectos técnicos la película cumple bastante bien, desde el diseño de producción, los vestuarios, la arquitectura de los edificios de esa época quedan muy bien recalcadas. La fotografía, de parte de su viejo amigo Janusz Kaminski, quién ha trabajado prácticamente en todas las películas de Spielberg como director de fotografía, está vez no nos queda a deber ya que nos presenta unos planos muy elegantes con unas composiciones muy acorde a lo que hemos visto en su portafolio de películas. La cinta utiliza una paleta de colores muy fríos, sobretodo en la cárcel y en Berlín. Y la música del compositor Thomas Newman no se podía quedar atrás, con un score orquestal que estamos acostumbrados a escuchar en las cintas de Spielberg.

Está más que claro que muchas veces el cine es una herramienta muy útil para dar un discurso al público sobre algún tema que concierna a la sociedad. Si bien apreciamos que este filme caracteriza muy bien un Berlín y un E.U. de los 60, no es más que un discurso sutilmente disfrazado. La cinta carga escenas donde vemos las inhumanas y crueles condiciones con las que los soviéticos y los alemanes comunistas trataban a los prisioneros americanos, frente al buen trato que recibió Rudolf Abel en los Estados Unidos. “Puente de Espías”, es un puente muy largo para que esto quede más que claro. Pese a que fue escrita por los maestros de los hermanos Coen, el filme carece de intriga y de emocionalidad, vemos muchas veces diálogos repetitivos y vacíos entre los personajes. Como que al principio pinta para ser una cinta más intrigante, pero su desarrollo de la misma es muy lento lo que hace la película un poco paulatina. La verdad esperaba mucho más del filme, pero no cabe duda que Spielberg cumple su prometido. Logra restregarnos en la cara lo bueno que fue E.U. respecto al trato de los espías, pintando nuevamente lo malo y crueles que fueron los soviéticos y los comunistas alemanes, un discurso bien envuelto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario