lunes, 29 de febrero de 2016

"La Bestia"

Desperté, de un temible y espeluznante sueño. La obscuridad se apoderó de mí, escuché las alas de la mosca pegada en la ventana. Las paredes cada vez se hacían más pequeñas. Me levanté de la cama, gotas de sudor escurrían de mi frente. Atravesé el cuarto descalzo, cuidando que no pisara algún alacrán negro de los que salen de su escondrijo.

Abrí la ventana, tomé un poco de aire fresco, se podía apreciar la respiración de los árboles. De pronto, una fuerza sobrenatural me empujó hacia la esquina. Los rayos de luz se apagaron, negro quedó todo. Me sentí en un mundo descomunal, al otro lado del cuarto vi tu rostro. Pelo castaño, y ojos miel. Poco a poco, te fuiste alejando. Me dio miedo la enormidad, donde nadie oía mi voz. Cerré mis párpados para terminar esta horrible pesadilla. Al momento de abrirlos me encontré en un extraño lugar, donde emanaba humo del suelo. 

La inmensidad se apoderó de mí. Podía sentir mi fragilidad, y escuchaba voces desalentadas. Seguramente todo era un truco de ella, un sueño tonto y no más. Me vi corriendo, con una bestia detrás. Deja de engañarme, que esto no es real. Caminé a tientas por el camino que empezaba a iluminarse. De pronto, salió la luna de una nube negra. El lugar se llenó de luz blanca, no había nada más que alacranes por doquier. Seguí caminando hasta toparme con un cofre. Podía escuchar la voz  de ella dentro de mi cabeza. 

-Ábrelo.- me susurraba.

No me creía este engaño, sólo quería despertar. No sabía que me deparaba. Me di cuenta que no llevaba ningún candado, lo abrí cautelosamente. Miré lentamente para ver qué había adentro. Era yo, mi propio reflejo, la bestia de la cual huía. 

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