jueves, 30 de junio de 2016

Gélida Nostalgia

...y entonces supe que no era magnífico...

Muy lejos, sobre la autopista cruel y cubierta de hielo observé millas y millas. Los buenos recuerdos incendiaron mi mente. La gotas de nieve empezaron a borrar las huellas del ayer. El viento sopló y se llevó tu esplendor. Caminamos hasta que nuestras piernas no pudieran más, quedamos como frágiles troncos a punto de caer. Lo que conocía como la melodía de tu voz, se convirtió en balas que me dejaron sordo. 

...y entonces supe que no era magnífico...

Pasamos el kilómetro cincuenta y seis, y vimos el lago arder en llamas. La autopista estaba donde aprendimos a celebrar los logros. Y los años de los que me hablaste llegaron de pronto y aquella noche me tocaste canciones que invitó a la nostalgia a acompañarnos. Sin clavarme las agujas, sin amenazas, la sentencia perdida y el silencio fueron suficientes para mí.


...y entonces supe que no era magnífico...

Me desprendí de la autopista cruel y cubierta de hielo, observé millas y millas. Mírame por favor, aquí estoy con mi dolor. Ella dio un paso atrás, un adiós y no quedó más. Ella todo me lo dio, desde alma hasta la piel. Fue mi verso a mi papel, fue mi amiga y fue mi amor. Se aferró a la luz, a la divina luz y yo me enredé en las espinas. Conocía mi interior como bola de cristal, me alejó de todo mal. Y ahora todo habita en mi memoria.

Mi amor, de alguna manera hay una parte de mí fuera de mí.





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